¿A quién no le gusta apachurrar a su perro cada vez que llega a casa o cuando están echados viendo televisión? Todos hemos sido ‘besados’ –o lamidos- por nuestras mascotas alguna vez y una gran mayoría de nosotros les devuelve el cariño dándoles besos a ellos también. ¿Sabes qué dice la ciencia al respecto? ¿Es peligroso para la salud?
- Nuestras bocas y las de nuestras mascotas están llenas de bacterias
En un artículo de la National Geographic se explica que los humanos tenemos entre 400 y 500 especies de bacterias habitando en nuestras bocas; los perros tienen unas 400 y los gatos unas 200. La diferencia es que solo el 15% de estas son las mismas entre humanos y animales. Entonces, si con algún lametón, una de esas bacterias entra en nuestro cuerpo es mucho más difícil que nuestro sistema inmune esté preparado para combatirla, porque no está acostumbrado a su presencia. Lo mismo puede suceder al revés (un humano puede contagiar con alguna bacteria a su mascota).
- Para evitar complicaciones, mantén hábitos básicos de higiene
Si alguien agarrara un hisopo y lo pasara por el lugar donde nos lamió un perro o gato –así hayan pasado 5 horas-, encontrará que 50 especies de bacterias que viven en la boca de nuestra mascota siguen en nuestra piel. Para evitar contagios lo más recomendable es mantener buenos hábitos de higiene; esto es, lavarse las manos o el lugar que nuestra mascota elija lamer después de que lo haga.
- Evita lametones sobre heridas abiertas
El mayor riesgo se presenta cuando las bacterias atraviesan la barrera de protección de nuestra piel y llegan dentro de nuestro cuerpo o al torrente sanguíneo. Allí tendrían un lugar perfecto (húmedo y cálido) para crecer y desarrollar una posible infección. Entonces, no dejes que tu mascota lama sobre heridas en la piel o en la boca.
- Pon mayor atención con los bebés y los adultos mayores
Mientras nuestros sistemas inmunes estén fuertes y no tengamos heridas abiertas que permitan que las bacterias entren a nuestro torrente sanguíneo, podemos darle todos los besos y recibir todo el cariño de nuestros perros. Eso sí, hay que tener en cuenta que los bebés y las personas de la tercera edad tienen sistemas inmunes más débiles que el resto. En ese sentido, la higiene y cuidados deben intensificarse en esos casos.