Las 6 reglas de oro para que tu mascota disfrute del verano


El verano arrancó con fuerza. Y para que nuestras mascotas puedan disfrutar tanto de él como nosotros es necesario tomar ciertas medidas. Entérate a continuación qué hacer para que nuestros perros y gatos aprovechen esta época del año de manera saludable.

  1. Saca a pasear a tu mascota muy temprano por la mañana o después del atardecer

Así evitarás que la temperatura sea muy fuerte y genere una subida de su propia temperatura corporal. Camina por donde haya sombra y, de ser posible, evita las veredas de concreto (opta por el pasto o tierra). No olvides llevar una botella con agua para refrescar y darle de beber a tu engreído.

  1.  No dejes a tu mascota dentro de un carro o en un lugar cerrado

Cientos de perros y gatos mueren anualmente en todo el mundo por dejarlos dentro de un automóvil mientras uno se va a ‘comprar algo rápidamente’. La temperatura puede superar los 40 grados en pocos minutos ocasionándole un shock térmico.

  1. Ofrécele a tu mascota un lugar con sombra y ventilado

Si tu mascota suele estar en un patio o techo, asegúrate que tenga disponible un espacio grande con sombra durante todo el día. Si estará dentro de casa, abre ventanas o puertas para generar corrientes de aire.

  1. Cámbiale el agua de su plato por lo menos 2 veces al día

Tu mascota debe estar bien hidratada para no sufrir con el calor del verano. Para esto es importante que cuente con agua fresca disponible las 24 horas del día. Renuévala las veces que puedas, ya que el calor propicia la aparición de bacterias. Puedes incluir algunos hielos en el plato para hacerla más atractiva.

  1.  No le exijas demasiado a tu mascota al hacer ejercicio

Que nuestra mascota esté en forma es saludable. Sin embargo, cuando las temperaturas se elevan debemos tener mayor cuidado: si notas que tu engreído está más agitado de lo normal o jadea fuertemente detén la actividad.

  1.  Refresca a tu mascota mojándolo en algunas partes del cuerpo

No es necesario bañarlos por completo. Para bajarles la temperatura y que se refresquen basta con mojar con cuidado la piel de sus orejas (no la parte interna del oído), las patas, las dobleces de sus piernas, el vientre y otros lugares donde el pelaje no sea muy espeso.


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