¿Cómo bañar a un perro en casa?

 

Bañar a tu perro puede ser una experiencia difícil tanto para él como para ti. Si por él fuera, no se bañaría casi nunca (solo un chapuzón en algún charco por diversión). Sin embargo, estos tips pueden ayudarte a que tanto tú como tu mascota se lleven lo mejor de este momento.

  1.       Asocia el baño de manera positiva

Antes de comenzar a bañarlo es ideal que tu perro asocie la batea, tina o ducha con una sensación de bienestar. Acostúmbralo a que entre en ella vacía y recompénsalo haciéndole cariño o dándole un snack. Cuando esté tranquilo puedes agregar un poco de agua tibia (¡no caliente!) y seguir recompensándolo para que se acostumbre.

  1.       Comienza desde cachorro

Mientras más joven sea tu perro cuando empieces a bañarlo, mejor se lo tomará pues no tendrá experiencias o asociaciones negativas para comparar. Una edad promedio para iniciar a tu cachorro en los baños es a partir de los 3 meses (consúltalo con tu veterinario).

  1.       Utiliza agua tibia y mójalo bien antes de aplicar el shampoo

Así será más fácil enjabonarlo y enjuagarlo después. No olvides las cuatro patas, la cola y la panza. Si tu perro tiene abundante pelaje puedes pre mezclar el shampoo con un poco de agua en otro recipiente así será más fácil de esparcir.

  1.       Avanza del cuello para abajo

Para proteger sus orejas, ojos y hocico es ideal bañarlos desde el cuello hacia la cola utilizando un balde, taza o spray evitando mojar su cara. Si tu perro lo permite puedes, incluso, ponerle un poco de algodón en las orejas.

  1.       Utiliza una toalla mojada para lavar su cabeza y rostro

Mojar directamente la cabeza de nuestros engreídos puede ser peligroso y ocasionar infecciones por lo que es ideal lavarla utilizando una toalla o paño mojado. Así se tiene mayor control sobre el área y evitamos accidentes.

  1.       Sécalo apropiadamente y con cuidado

Hay quienes utilizan secadoras de pelo para sus mascotas; es necesario verificar que el sonido no asuste ni estrese a nuestros perros, además de aplicar el aire a la menor temperatura posible y a una distancia considerable para evitar quemaduras. También pueden utilizarse una o dos toallas para secarlo manualmente lo más que se pueda.


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