Es la hora de ir al veterinario y a tu mascota no la encuentran por ningún lado. ¿Qué hacer para que las visitas al médico dejen de ser toda una difícil aventura para nuestro perro o gato? A continuación, algunos consejos que convertirán, poco a poco, las visitas al veterinario en algo rutinario.
- Haz que tu mascota se familiarice con la jaula de transporte
No utilices la caja transportadora solo para llevar a tu perro o gato al veterinario. Deja la jaula dentro de la casa en un lugar que tu mascota frecuente para que se acostumbre a entrar en ella.
- Mantén la calma y evita el estrés
Tanto perros como gatos pueden identificar nuestro estado emocional. Si estás nervioso o estresado por la visita al veterinario, tu mascota lo notará y podrías contagiar esa ansiedad.
- Utiliza olores relajantes como lavanda o valeriana
Nuestros animales ‘ven el mundo’ a través de sus narices; tener algunos olores naturales de propiedades relajantes los ayudará. Aplica la esencia en el asiento del carro o una manta dentro de la jaula.
- Acostumbra a tu mascota a ser examinada
Algunos gestos de los veterinarios pueden resultar poco familiares y asustar a las mascotas. Juega al ‘veterinario’ levantándole la cola, examinando sus dientes o apretándole levemente la barriga para que se acostumbre. Súbelo a una mesa alta, también.
- Lleva algunos snacks como recompensa
Premia solo las actitudes positivas o deseadas de tu mascota (como subirse al carro, entrar a la jaula, etc). Si está asustado, no le des comida pues reforzarás ese comportamiento negativo.
- No solo saques de casa a tu mascota para ir al veterinario
Si tu perro o gato solo sale a la calle o solo sube al carro cuando debe visitar a su médico, se pondrá nervioso apenas esté fuera de casa. Tengan salidas positivas (una visita al parque, una caminata o dándole su snack favorito).