Si eres de los que no dispone de mucho tiempo para dedicarle a una mascota, no tienes mucho espacio y los vecinos ponen limitaciones a los perros o los gatos, una tortuga pudiera ser para ti.
Las tortugas son reptiles que han poblado este planeta desde hace mucho tiempo y gracias a su caparazón han sido capaces de sobrevivir a muchos depredadores.
El caparazón no es lo único que protege a una tortuga, también está su piel coriácea e impermeable que le otorga protección contra las inclemencias del tiempo y cualquier lesión.
Las tortugas no tienen dientes pero poseen una mandíbula muy poderosa.
La tortuga cómo mascota
Estos reptiles son seres atractivos, tranquilos y no muy exigentes, por lo que pueden convertirse en la mascota perfecta para un principiante o una persona que no disponga de mucho tiempo.
Sin embargo, no son para todo el mundo, ya que no son criaturas afectuosas, requieren de una inversión inicial y son longevas, tanto, que en algunos casos podrían vivir más que tú.
Existe una amplia variedad de especies, las hay acuáticas y terrestres, unas crecen mucho y otras relativamente poco.
Incluso algunas, por su carácter, resultan ser mejores mascotas que otras.
Los requerimientos de dieta y espacio también pueden variar, por lo que antes de adoptar a tu tortuga investiga de qué especie es y cuáles serán sus características y requerimientos de espacio y alimentación.
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Tortuga de tierra
Estos reptiles suelen ser pequeños o medianos y bastante lentos. Les encanta explorar, por lo que necesitan suficiente espacio donde puedan esconderse, calentarse e investigar.
Si planeas dejar a tu tortuga de tierra suelta en el jardín, deberás tomar en cuenta que aunque sea lenta, le encanta aventurarse y no te extrañe que un día aparezca en casa de tu vecino.
Debes suministrarle a tu tortuga un lugar con tierra o arena donde excavar y una bañera donde pueda lavarse.
Si planeas colocar a tu tortuga en un terrario, deberás colocar plantas, arena y rocas para desgastar sus uñas.
También, diferentes niveles donde pueda esconderse y dormir la siesta. Igualmente, un lugar para comer, espacio para pasear, hacer sus necesidades y excavar lo cual es su pasatiempo predilecto.
Aunque sean de tierra, tu tortuga necesitará un área accesible con agua para que pueda refrescarse. Así mismo, debes colocar el terrario en un lugar soleado o cerca de una ventana.
Tortuga de agua dulce
Generalmente las tortugas de agua dulce que podemos obtener en tiendas de mascotas son pequeñas.
Por esta razón, resultan perfectas para mantenerlas en acuarios, aunque algunas son de mayor tamaño y requerirán un estanque.
Por lo tanto, deberás investigar qué tipo de tortuga estás comprando.
Lo que sí debes tomar en cuenta es que, ya sea acuario o estanque, el recinto debe ser lo suficientemente profundo para que pueda nadar.
También, debe estar dotado de espacio para que tu nueva amiga pueda tomar el sol y esconderse. Esto lo puedes conseguir creando islas con rocas, madera o plástico.
Adicionalmente, debes incluir sustrato, arena, plantas, oxigenador, filtro y luz. El agua debe cambiarse semanalmente, al igual que debes limpiar la suciedad que se adhiere a las rocas.
Cómo alimentar una tortuga
La alimentación de las tortugas varía dependiendo de su especie.
Por lo general, las tortugas de tierra son herbívoras. Esto significa que un 80% de su alimentación se basa en vegetales frescos, un 15% en frutas y hierba silvestre y un 5% de proteína que se puede obtener de insectos, babosas, etc.
Las tortugas de agua dulce son omnívoras por lo que se alimentan de pescados, insectos y plantas acuáticas.
Para ambos tipos de tortugas existen alimentos comerciales que puedes encontrar en tu tienda de mascotas.
Las tortugas viven muchos años y son independientes. Si las colocas en un hábitat adecuado no requerirán mayores esfuerzos de tu parte.
Tampoco son animales problemáticos y no les gusta que las manipulen, pero si eso es lo que deseas, una tortuga podrá alegrar tu día.