Nuestras mascotas, lamentablemente, no hablan. Por eso, lo que no pueden contarnos con palabras lo comunicarán a través de cambios en su comportamiento o síntomas físicos. Por esta razón es importantísimo estar atentos a lo que nuestros engreídos tratan de decirnos y de notar algún cambio visitar a un especialista.
- Vómitos o diarrea
Que nuestra mascota vomite de manera ocasional porque comió mucho o muy rápido y luego se puso a jugar es una cosa; que devuelva varias veces al día, no tenga apetito y esté aletargada es otra. Estemos atentos también a la presencia de sangre en vómitos o en sus deposiciones. De ser así, es necesario acudir al veterinario (conoce 6 secretos para que a tu mascota no le asuste visitar a un veterinario).
- Orinar de manera más o menos frecuente
¿Tu perro o gato está tomando más agua de lo normal y yendo al baño más seguido? ¿Quizás no puede aguantarse y se orina dentro de la casa a pesar de que estaba entrenado? ¿O debe levantarse en medio de la noche para ir al baño? Por el contrario, ¿has notado que ya no orina tanto como antes o que, aunque esté en posición, no logra miccionar? En cualquiera de estos casos, es importante descartar enfermedades relacionadas al tracto urinario, piedras en la vejiga, diabetes, complicaciones con riñones o vejiga, etc. Organiza una cita con el veterinario.
- Pérdida de apetito
Aunque dejar de comer puede tratarse solo de una mascota quisquillosa queriendo que la engrían con otra comida, es importante descartar que la pérdida de apetito se deba a una razón más seria. Si notas que tu perro o gato ya no viene corriendo al momento de servirle el alimento o si es que come muy poquito o nada durante más de 24 horas, es momento de ir al veterinario. La pérdida de apetito puede ser síntoma de diversas condiciones; desde un resfriado común hasta enfermedades más complejas.
- Tos o dificultades para respirar
Si tu perro o gato tose de manera persistente, respira con dificultad o jadea al estar en reposo es importante que sea visto por un especialista. Estos síntomas podrían indicar desde un simple resfriado o alergia hasta infecciones respiratorias, problemas cardíacos o pulmonares. Hazle un chequeo.
- Picazón excesiva y pérdida de pelo
Lo más común es que un perro o gato que se rasca frecuentemente y que pierde algo de pelo tenga pulgas, garrapatas o ácaros. Sin embargo, esto también puede significar una condición más seria como problemas hormonales en el sistema endocrino o infecciones por hongos o bacterias. Saca una cita con el doctor de tu mascota.
- Cambios en su comportamiento
¿Quién no se pone de mal humor cuando está enfermo? Si tu mascota se muestra agresiva, distante, no juega o no te presta atención como antes, está sin ánimos o deprimida, no tiene ganas de salir a pasear puede que esté tratando de decirte que no se siente bien. Visita al médico.
- Mal aliento
Es verdad, el aliento de nuestras mascotas no huele a rosas. Sin embargo, si el típico olor empeora de manera sostenida esta puede ser una señal de alerta. Podría tratarse de un problema con su salud dental o, incluso, ser síntoma de una condición más seria en su tracto digestivo, hígado o riñones –quizás hasta diabetes-. Lo mejor es consultar con un especialista.