Hasta hace unos años era común darle a nuestro perro los huesos que sobraban después del almuerzo familiar. El riesgo que corre la salud de nuestras mascotas es grande. Entérate más sobre los huesos para perros a continuación.
- Olvídate de los huesos de pollo, res, cerdo, etc.
Es común escuchar que no se debe dar huesos de pollo a los perros, pues se quiebran con facilidad ocasionando posibles atragantamiento, incrustaciones u obstrucciones en el tracto digestivo. Sin embargo, la tendencia más reciente es evitar el consumo de cualquier hueso natural (crudo o cocido) pues historias clínicas demuestran que perros llegan a emergencia por su consumo.
- Las opciones más confiables son los huesos recreacionales
¿Cuáles? Aquellos que se venden en tiendas especializadas y que han sido elaborados teniendo en cuenta las necesidades y características de tu mascota. Los encontrarás de diferentes tamaños, sabores y texturas.
- Busca huesos de un tamaño acorde a tu mascota
Lo ideal es que los huesos recreativos sean más grandes que la boca de tu mascota para que no se corra el riesgo de un atragantamiento involuntario.
- Consulta con el veterinario
La dentadura, raza o características de nuestra mascota pueden marcar una diferencia al momento de decidir si es que darle un hueso para morder o no. Para asegurarte que no se corre ningún riesgo, consulta con tu veterinario.
- Estate atento al momento cuando tu mascota está por acabar su hueso
Si compras un hueso para uso recreacional debes prestar atención al momento en que tu perro llega a romperlo después de andar mordisqueando. Quítale los pedazos pequeños que pueden desprenderse del mismo para evitar riesgos.
- Nunca dejes a tu mascota desatendida mientras mastica un hueso
Como si se tratara de un niño, no debes desatender a tu perro mientras mastica un hueso para evitar sustos o accidentes.